jueves, 1 de marzo de 2012

El Silmarillion. J. R. R. Tolkien


"El Silmarillion, que se publica ahora cuatro años después de la muerte de su autor, es una crónica de los Días Antiguos, o la Primera Edad del Mundo. En El Señor de los Anillos se narraban los grandes acontecimientos del final de la Tercera Edad, pero los cuentos de El Silmarillion son leyendas que proceden de un pasado mucho más remoto, cuando Morgoth, el primer Señor Oscuro, moraba en la Tierra Media, y los Altos Elfos combatían contra él por la recuperación de los Silmarils."

Así reza el Prólogo de este libro y no seré yo quien vaya a discutirlo. De hecho, me parece un resumen acertadísimo el que hace el hijo del autor en estas pocas líneas. Se trata de una obra magna por su concepción, Tolkien la comienza a escribir mucho antes que El Hobbit y, aún así, la va retocando a lo largo de toda su vida ampliando y cambiando, hasta el punto de no llegar a ver la luz hasta después de su muerte.

Es muy complicado resumir este libro de historias en el que conoceremos seres angelicales, la creación de los Elfos, Hombres y Enanos. No falta el amor legendario entre un mortal y una elfo que renuncia a su inmortalidad, y todo entre anillos recién forjados y guerra. Para los que somos incondicionales del universo de Tolkien es un libro imprescindible, escrito en un tono mucho más formal, en el que descubrimos la verdadera pasión del autor por su creación. No se trata de un universo generado para una obra sino de una suerte de mundo paralelo que desarrolla en este libro a través de historias para hacernos una composición completa. Da cuerpo a leyendas y preguntas que planteadas por los personajes de El señor de los Anillos o el Hobbit otorgando dimensión histórica a hechos que ya conocimos como pasados.

Cuando llegué a este libro, hubo momentos en que casi tenía la sensación de estar ante un Antiguo Testamento, pensad que asistimos a la creación de las distintas razas y criaturas, cada una con sus características, no ya físicas sino también morales. El don de los hombres, por ejemplo, es la muerte. Hay además virtudes, defectos, plenitud y tentación y maldad con consecuencias. Y están, como no, los Silmarills, unas piedras preciosas que llevarán el peso de la tercera parte del libro. Demuestra así Tolkien la autosuficiencia de su creación como fantasía épica a través de su memoria y leyendas. Es terriblemente imaginativo y real y, tal vez sea esa la mayor virtud de este autor, construir un género creativo y coherente desde su concepción, la historia de Arda.

Como ya dije, imprescindible para los amantes de Tolkien y todo un descubrimiento para quienes han disfrutado de su obra.